Continuamos recorriendo nuestro viaje por Roma y Nápoles. El quinto día de viaje ya estábamos alojados cerca de la localidad de Sorrento, una de las más turísticas de la zona de Nápoles. Hoy nos tocaba la visita a la zona arqueológica de Pompeya, muy cerca de Nápoles, y sabíamos que teníamos que pasar de nuevo por la carretera del infierno, esos 20-30km entre Sorrento y Nápoles llenos de túneles y atascos… no nos equivocábamos.
Atravesar Sorrento fue de nuevo espectacular: muchos coches, motos, bicis, personas… La manera de conducir de los napolitanos es muy especial, por decirlo de alguna manera. ¿Túneles? No hay atascos, pero como hay que ir tan despacio, pues la verdad es que es realmente aburrido conducir por ellos. Salimos a las 10:30 de la mañana y llegamos a Pompeya sobre las 12:00 (una hora y media de viaje para unos 21km de recorrido).
Entrar en Pompeya con coche también fue interesante: atascos, mucha gente y aparcamiento en un camping cercano. Tuvimos que esperar unos 30 minutos para sacar las entradas (de 12:00 a 13:00 es hora punta. Es mejor visitar las ruinas por la tarde).
Dejamos los cochecitos en la consigna y nos cargamos a las niñas en nuestros portabebés. El día iba a ser duro por una razón: las ruinas de Pompeya son inmensas y hay siempre mucha gente. Si a eso le añadimos que llevábamos unos 8 kilos demás encima con cada niña, a las 3 horas ya no sentíamos las piernas.
¿Qué nos pareció Pompeya? Es impresionante, sobre todo porque tienes muy cerca el Vesubio y te das cuenta del horror que tuvieron que sentir los romanos de la época al explotar el volcán. La zona arqueológica esta un poco descuidada: muchas vallas afean el recorrido, y posiblemente se podría colocar todo de otra manera más estetica (Herculano nos gusto más). Los cadáveres hechos cenizas se encuentran en el museo de Nápoles, y en la propia Pompeya solo se puede ver a los arqueólogos trabajando en varios cadáveres petrificados. Muchas de las casas están realmente bien conservadas y merece la pena una visita tranquila de al menos 3 o 4 horas. Nosotros estuvimos 3 horas y acabamos derrotados. Las niñas no se portaron mal. Fueron mucho tiempo dormidas en el portabebes.
Al terminar la visita nos dirigimos directamente al coche y nos volvimos a nuestro apartamento. Llegamos aproximadamente a las 17:30 horas, momento en el cual decidimos hacernos la comida-merienda (habíamos pasado previamente por un supermercado a comprar unas cuantas cosas). Nos quedamos el resto de la tarde en el jardín del apartamento y nos acostamos muy pronto.
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