Y llegó nuestro último día de viaje por Roma y Nápoles. Nos esperaba un largo viaje por carretera desde Nápoles a Roma. Salimos pronto por la mañana de nuestro apartamento cerca de Sorrento y evidentemente nos chupamos el atasco habitual de esta localidad y luego los túneles que hay hasta Nápoles antes de llegar a la autopista.

Desde Nápoles el viaje es bastante tranquilo a Roma gracias a su excelente autopista de pago. Aproximadamente en unas 3 horas llegamos a Roma despues de parar dos veces en varias áreas de servicio (todas tienen WIFI y su comida es bastante razonable). Teníamos que llegar al aeropuerto sobre las 5 de la tarde ya que nuestro vuelo salía aproximadamente a las 19:00.

Bien, como siempre sucede con las empresas de alquiler de coches, había que devolver el deposito de gasolina lleno. Puedo prometer y prometo que solo le faltaba medio milímetro para estar completamente full: nos cobraron unos 8 euros por la gasolina que faltaba. Un poco cutre pero hasta aquí puede ser normal si te avisan cuando dejas el coche en el centro de recogida. El problema surge cuando luego te mandan la factura por e-mail y ves el cargo… Eso no se hace… La empresa es Maggiore. El trato fue excelente de principio a fin, el coche estupendo, y al final tienen la poca delicadeza de hacernos esto. Repito: que me lo digan cuando dejó el coche, no cuando llego a Madrid y veo mi correo electrónico. En fin…

El vuelo salió en hora de Roma, y el problema lo tuvimos al llegar a Barajas. Según nos comentaron las azafatas, cuando llegas al aeropuerto de Barajas en Madrid sobre las 21:30 -22:00, hay una lucha por llegar antes al finger o para tener disponible un autobús que te traslade por la pista hasta la terminal. Nosotros estuvimos esperando más de 30 minutos en el avión hasta que llegó el autobús… ¿A nadie se le ha ocurrido en Aena contratar más personal y poner más autobuses de pista? Tela marinera…

Recogimos el coche del parking y sobre las 11 de la noche estábamos en casa con nuestras pequeñas, que se habían portado estupendamente tanto en el vuelo como en el viaje en coche.