Una de las cosas que más fastidia llevar de viaje es el trípode, y sin embargo es realmente imprescindible hacernos con uno para poder realizar ciertas tomas con nuestra cámara, sobre todo por la noche. ¿Qué podemos hacer? No somos partidarios de llevar un trípode muy grande, pero tampoco de empaquetar uno de esos trípodes pequeños como los GorillaPod… Vamos a quedarnos con un tamaño intermedio. Este es el trípode perfecto para llevar con nosotros de viaje.
Konig Traveller – Trípode universal
- Con bloqueo de patas
- Con una altura máxima de 105 cm
- Incluye funda de transporte
- Secciones de patas: 4
Se trata de un trípode con patas extensibles en 4 niveles con plataforma vertical en 90º, apuntalamiento de nivel medio y pies de goma. No se pueden extender independientemente las patas, dispone de columna central y comprobador de nivel. El cabezal es fijo.
Y lo realmente importante:
- Altura (min.): 37 cm
- Altura (máx.): 105 cm
- Longitud de plegado: 35 cm
- Materiales: Aluminio
- Máximo peso que soporta: 1,5 kg
- Peso: 660 gramos
Es muy fácil de montar, es realmente ligero y es perfecto para cámaras no demasiado grandes o para smartphones con el adaptador adecuado para sujetarlo. Y lo mejor de todo es su precio, solo cuesta unos 12 euros. El trípode perfecto para llevar de viaje.
Evidentemente un fotógrafo profesional a lo mejor quiere un trípode más completo y con más características, pero para nosotros, humildes aficionados a la fotografía y a los viajes, este modelo nos viene como anillo al dedo.
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