El primer día de nuestro viaje a Roma y Nápoles comenzó en Madrid sobre las 9 de la mañana. Teníamos que llegar al aeropuerto de Barajas a las 13:00 horas ya que nuestro vuelo a Roma salía a las 15:00 horas con Air Europa.
Previamente habíamos reservado de nuevo el parking P2 en Barajas para ir en coche (al ir con dos bebes los taxis no nos ofrecen dos sillas de seguridad para niños). El precio por 8 días fue de 69 euros. El camino a la terminal se hace en apenas unos 5 minutos.
Al hacer el check-in online previo el día anterior, pudimos acceder directamente al mostrador de facturación. Como siempre, lo peor es el paso por el control de seguridad: tienes que plegar los carritos, quitarte las mochilas de las niñas, sacar ordenadores, comida y bebida de los bebés etc… Pero bueno, como lo haces en una fila especial, la verdad es que solo tardas unos 5 minutos más. Ningún problema para pasar pures, leche, galletas o agua de las niñas.
El vuelo salió con algo de retraso debido a un problema con el embarque del equipaje y se hizo bastante pesada la espera, sobre todo porque no encendieron el aire acondicionado. El vuelo a Roma tardo solo 2 horas y aterrizamos sobre las 18:00. La odisea en el aeropuerto de Roma fue encontrar la zona de coches de alquiler: no esta en la terminal de llegadas: te tienes que desplazar a la zona de parking más cercana unas plantas más arriba (unos 10 minutos andando) subiendo unas cuantas escaleras (o en ascensor). Con niñas, maletas y carros fue toda una odisea.
Habíamos alquilado previamente un coche familiar a través de rentalcars.com con Maggiore, una empresa italiana: nos dieron un Fiat 500 familiar: precio por 7 días unos 220 euros + Seguro a todo riesgo (70 euros) + Sillas de las niñas (unos 80 euros). Un coche realmente bueno y cómodo de conducir. Desde el aeropuerto de Fiumicino teníamos una hora de viaje hasta el Lago Bracciano. Como GPS utilizamos la aplicación HERE Maps que es gratuita y se puede utilizar offline.
Sobre las 21:30 llegamos al apartamento, Appartamento Sabatinus, en la localidad de Trevignano Romano, situada al borde del Lago Bracciano: Tuvimos que llamar al dueño para que no abriera la puerta. Espectacular sitio con unas vistas increíbles del lago y realmente cómodo: dos habitaciones, cocina y salón, terraza y baño. Nos habían dejado dos cunas para las niñas, así que todo perfecto a un precio realmente bueno: 3 días por 270 euros.
Nuestro primer día acabo pronto: todos muertos de sueño y con ganas de dormir y descansar un poco.
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