El embarque en el crucero lo iniciamos a las 9:00 aproximadamente, dos horas antes de que el barco partiera del puerto de El Pireo. Sin duda fue una de las peores cosas del crucero. Había gente por todos lados y tuvimos que hacer hasta 3 colas distintas para pasar distintos procedimientos:
- Cola para comprobar que esta en la lista del pasaje y dejar las maletas en una cinta (lo hicimos fuera de la Terminal A)
- Cola para dejar los pasaportes y para darte las tarjetas de embarque identificativas
- Cola para pasar el control de seguridad
Un absoluto despropósito… ¿no pueden hacerlo igual que cuando vas a embarcar en un avión o al menos dentro de la terminal? Cómo ibamos con dos niñas, afortunadamente teníamos prioridad y nos dejaron saltarnos alguna de las colas.
Nuestro camarote ya estaba asignado y cuando subimos al barco ya estaba listo y preparado. El de nuestros amigos no… En el camarote teníamos tele y minibar, y era un poco más grande para que cupieran las dos cunas para las niñas. No estaba mal y era cómodo. Había plato de ducha, así que nos tuvimos que llevar una bañera de plástico para bañar a las mellizas. Lo arreglaban por la mañana y por la noche. Todos los días nos pasaban el planing del día siguiente.
A las 11:00h el barco partió hacia la isla de Mikonos, donde llegamos a las 18:00. El barco volvía a zarpar a las 23:59h. Atracó un poco lejos de Mikonos, pero la naviera puso autobuses gratuitos para acercarnos al pueblo. Claramente en solo 6 horas solo nos dio tiempo a ver por encima Mikonos, y siendo la hora que era, no daba tiempo a coger otro barco para ir a Delos (uno de los sitios arqueológicos más famosos de Grecia que ya habíamos visitado hace 5 años cuando hicimos otro crucero). Este emplazamiento abre solo hasta las 15:00 y solo hay tres barcos diarios de ida y de vuelta:
- Salida: 9:00, 10:00 y 11:00 horas
- Regreso: 12:00, 13:30 y 15:00 horas
En Mikonos también merece la pena ver sus playas como Platis Gialos (con tiempo). Nos podemos mover por la isla en autobús (salen cerca del puerto) o en taxi.
Nosotros solo visitamos la «Pequeña Venecia», la plaza central, la catedral, los típicos molinos, y vimos la puesta de sol. Estaba todo abarrotado y era imposible moverse. Claramente hay que quedarse unos cuantos días en la isla para disfrutarla de verdad.
Sobre las 21:30 estábamos de vuelta en barco para poder cenar en el buffet. ¿Qué tal la comida del barco? No era excepcional. Los buffets eran algo escasos, y la cena un poco más formal tampoco era mucho mejor (el turno era libre). Te daban agua gratis y las demás bebidas había que pagarlas o coger un bono de bebidas para todo el crucero (eran caros y los productos no eran muy buenos).
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